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23 Ene 2025

Programar es fácil (o debería serlo)

Vale, si programar es fácil… ¿Por qué es, más o menos, el 50% de un examen de oposición grupo A1 o A2 y por qué la gente paga por academias, preparadores/as personales…? La respuesta es fácil. Programar es fácil pero también muy específico. Y de eso vamos a hablar hoy.

Una de las frases más repetidas en mis sesiones con opositores es que “programar tu materia no puede ser más difícil que dominar tu materia”. Y defiendo a ultranza esta idea. Lo difícil es ser un experto en lengua, matemáticas, biología o educación física. De ahí la formación inicial que se supone todos tenemos y que cuesta años y bastante dinero. Una vez tenemos eso y una capacitación pedagógica que nos da el máster… ¿De verdad idear y ordenar las acciones necesarias para realizar un proyecto (definición de programar según RAE) es difícil? (entendiendo aquí por proyecto, nuestra misión de educar y enseñar al alumnado).

Nos han hecho creer que es difícil y para ello tenemos un gran escollo, una piedra angular en la que nos tenemos que apoyar, y este es el currículo. Pero una vez explicado y dominado… entendido uno, entendidos todos, como nos recordaba Óscar hace unos días. Lo podemos criticar, nos puede gustar más o menos, pero nuestra labor es aplicarlo una vez “descifrado”. No son pocos los opositores/as que, una vez lo entienden, empiezan a generar unidades en serie. Unas más llamativas, otras más mundanas, unas más originales, otras simples adaptaciones de otros autores, pero generan, que es lo importante.

Uno de los aspectos claves de la preparación es perder el miedo a seleccionar criterios de evaluación, saberes básicos, colocarlos en serie, y definir cómo los comprobaré en el alumnado. Por supuesto, coordinarse con colegas profesores/as, convencer al alumnado con nuestras propuestas, conseguir colaboración de familias, AMPAS, apoyos de equipo directivo… Esto es difícil pero esto forma parte de la vida real, la que viene después de programar y en muchos casos, después de la oposición.

Por ello, amigo/a opositor/a. No tengas miedo, todos hemos hecho unidades buenas y no tan buenas, o no nos ha dado tiempo a completar alguna parte de la programación y aún así hemos sacado el curso adelante. La oposición es un marco teórico donde nos podemos permitir el lujo de limar las dificultades que surgen en el día a día aunque hagamos mención a ellas para dar ese toque de realidad que nuestra intervención necesita tener ante el tribunal y que seguro gustará mucho.

Recuerda: “Programar tu materia no puede ser más difícil que dominarla” (eso sí… dominarla es un requisito previo no negociable).

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